
Minúscula constelación de huesos
Soy el niño que dejó junto al fuego sus dedos tibios. Atardecido bajo sombra de pájaros. Navego en un vaso de estrellas hasta la penumbra enverdecida y herrumbrosa. Desnochecido. ¿Cómo voy a regatear un trozo de luz a esta noche bruta que se cierne en mis huesos? ¿Y esta lluvia escupiendo cuchillos sobre mi cabeza? ¿Y la acuosa mano del silencio desmigajando cada esperanza que pasta en mis ojos? Una tristeza hermosa se arrebola en mis mejillas y sigo despierto en la terrible oscurecencia del insomnio, escuchando la insistencia de una gota de viento en la pared, murmullando una melodía que florece en la luminosa esquina de la memoria. Aquí estoy, cosido a este desamparado de párpados abiertos que me succiona.